A nadie le gusta recibir un paquete por correo y encontrar que la mercancía que contiene está dañada o, peor aún, rota. Cuando esto ocurre, la tentación es siempre culpar a los servicios postales (a todo el mundo le gusta culpar a su cartero) pero, por muy malo que sea el servicio postal, con la misma frecuencia el daño será causado por un mal embalaje.
Merece la pena tomarse el tiempo necesario para que el embalaje sea el adecuado para que tus clientes estén contentos y, en última instancia, para que tu empresa ahorre dinero.
Los clientes exigirán reembolsos o sustituciones por productos rotos o dañados, y cuando esto ocurra tendrás que elegir entre enviar una nueva copia del producto o arriesgarte a la ira del cliente (y a las consiguientes malas críticas que dañen la reputación de su empresa).
La buena noticia es que un producto bien embalado podrá sobrevivir a casi cualquier servicio postal del mundo.
Hay algunos procedimientos sencillos que hay que seguir para asegurarse de que tu cliente reciba lo que ha pagado de forma segura.
Si el objeto se rompe bajo esta prueba, entonces deberías considerar la posibilidad de mejorar tus normas de embalaje.
Las cajas ligeras son más baratas de comprar y pesan menos (y por lo tanto son más baratas de enviar), pero no ofrecen ni de lejos la misma protección para su contenido. Y no es sólo la resistencia a los golpes.
Las cajas de cartón finas y baratas también ofrecen menos resistencia al agua y, al humedecerse, pueden desarrollar moho o deshacerse a mitad de camino.
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Le recomendamos que utilices desecantes dentro de las cajas que vayan a estar en tránsito durante un periodo de tiempo significativo, independientemente de la calidad del cartón en sí, y que deje que los productos descansen en una habitación seca con aire acondicionado antes de empaquetarlos, especialmente si se dirigen a zonas húmedas como los trópicos.
Productos o mercancías frágiles
Los artículos frágiles son, para sorpresa de todos son, relativamente fáciles de embalar, porque los riesgos a los que se enfrentan en tránsito son obvios.
El vidrio y la porcelana no soportan bien los golpes, así que lo único que hay que hacer es darles un bonito y suave cojín para que reposen durante el viaje.
- En primer lugar, envuelve cada objeto que vayas a enviar de forma segura en papel de seda o en papel de periódico.
- Coloca estos artículos envueltos en un contenedor interior.
- En un recipiente exterior más grande, rellene uniformemente con material que permita la amortiguación, como plástico de burbujas y espuma. Coloque el contenedor interior bien ajustado dentro de este. Debe quedar lo suficientemente ajustado como para que el contenedor interior no se agite.
- Utiliza cinta adhesiva reforzada para cerrar la caja.
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Productos perecederos
Los productos perecederos pueden ser difíciles de enviar. La fruta y similares pueden ser aplastados y dañados por el impacto, al igual que el vidrio, e igualmente son susceptibles al moho y la putrefacción.
Así que el packaging requieren un enfoque único.
- Coloca los artículos en bandejas de papel maché, que son resistentes a una multitud de diferentes fuentes de daños en los productos perecederos.
- A continuación, pon esas bandejas en un contenedor de cartón pesado que esté forrado con placas absorbentes (para protegerlas de la humedad).
- Sella la caja con cinta adhesiva reforzada.
- Escribe una leyenda que indique que el producto es «PERECEDERO» en la parte superior y en uno de los lados en caracteres grandes, claros y legibles para que los manipuladores del paquete sepan que deben tratarlo con cuidado.
Productos o mercancías que se pueden aplastar
Imagina que compras un póster, una obra de arte, una foto o un libro y, al abrirlo, te encuentras con el material doblado, deshilachado, con las orejas rotas o rasgado.
Hay un par de cosas que puede hacer al embalar estos objetos para que tus clientes no tengan esa experiencia.
- Si el objeto tiene un marco (o cubierta, como en un libro), protege la parte delantera y trasera con un material rígido que sea más grande que el propio marco.
- Entre el marco y el material rígido, rellena con plástico de burbujas o similar para reducir la presión que el material tendrá sobre el objeto.
- Empaca el objeto en el contenedor exterior de cartón más pesado que pueda encontrar.
- Sella la caja con cinta adhesiva reforzada.
Artículos afilados
Ni que decir tiene que estos objetos, si no se embalan correctamente, pueden ser muy peligrosos para quienes manipulan el paquete en tránsito y también para quienes desembalan la mercancía.
Esto significa que hay que extremar las precauciones a la hora de embalar, no sólo para proteger el objeto sino también a quienes lo manipulan.
- Envuelve el objeto en papel de periódico grueso y fíjalo con cinta adhesiva. Asegúrate de que el periódico sobrepasa la punta de la hoja, por si se mueve durante el transporte.
- Coloca el artículo en un contenedor exterior corrugado, y rodeé el artículo con material acolchado para mantenerlo en su sitio.
- Sella la caja con cinta adhesiva reforzada.
Un último punto a tener en cuenta
Las cajas que se abren durante el transporte corren más riesgo de sufrir daños. Una de las formas más eficaces de minimizar la posibilidad de que la caja se abra es aplicar bandas de nylon alrededor de ella.
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